Después de los llenos, tempestades y convulsiones,
Pausarse;
Esculpirse.
Rencontrar la criatura en sí y recuperar el drama más
abandonado,
A modo de hacerse justicia;
Hacerse cargo de esta criatura olvidada,
Pero hacer liviano
ese des-olvido;
Hacerse liviano;
Rehacerse.
Respirar;
Caminar;
Mirar por nuevas y viejas ventanas, y éstas con nuevos
marcos;
No decir;
No actuar;
No acompañar a nadie y a nada,
Y a la nada brindar el tiempo.
Mientras el mundo sigue los rumbos;
No ir;
No quedar;
Buscar cualquier rumbo siempre que por empatía;
Mirar, intuir, confiar
Y en ritmo propio empezar travesía.
Apreciar silencios y desglosar ruidos;
Escuchar, sin detener;
Transitar, sin absorber;
Digerir;
Descansar;
Diseñar formas despreocupadas, teniendo la estética
como
consecuencia del propio aliento;
Del Hacer genuino,
Del Hacer lo uno, lo dos, lo tres,
Por las persistencias.
Persistir y no insistir,
Perseverar.
A la nada brindar el tiempo,
De los vacíos de las arquitecturas,
Observar los vanos, los hiatos y percibir sutilezas:
De lo entre notas,
De lo entre comidas,
De lo entre sueño.
Volar por imágenes suaves de playas anheladas y nunca idas;
Sacar los pies de las veredas metropolitanas, flotar hacia
los compromisos;
Flotar. Flotar pese las mochilas cargadas, y cargados los
huesos,
Y cargadas las carnes heridas infectadas,
Y cargados los pensamientos,
No sentir más liviano por las sangres perdidas, sino por las
transfusiones.
Sincerar los sentimientos, y respetar las reacciones del
mundo
no siempre gratas ante ruda transparencia,
Dejar ser y no esperar,
Ya no esperar.
No querer olvidar, pero saber inevitable el desdibujo del
tiempo,
Aceptar que el desencuentro es el drama de la vida, y que la
vida es lo que se hace,
y que el olvido arrastra memorias y corazones
mediante
misteriosos procesos selectivos;
Que las reciprocidades, en fin, comprenden más que
sentimientos en sus economías.
Descartar las cáscaras,
Descartar los engaños,
Descartar pieles muertas.
Tocar superfícies y aplacerse con su cariño-textura en piel encendida;
Llenarse con aire, soplarse enseguida;
Vaciarse.
A la nada, brindarse;
A la nada hacerse tiempo.
A modo de hacerse justicia;
Pero hacer liviano ese des-olvido;
como consecuencia del propio aliento;
no siempre gratas ante ruda transparencia,
y que el olvido arrastra memorias y corazones
mediante misteriosos procesos selectivos;
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